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A nadie le gusta cuando un equipo se detiene inesperadamente. Quizás haya notado algún problema menor en el pasado y no le dio mayor importancia: un ruido extraño, reducción en velocidad o un aumento en la temperatura. A pesar de que el fluido hidráulico está diseñado para durar casi indefinidamente, las impurezas como el agua, polvo y contaminación metálica afectan significativamente su desempeño.
Considerando la cantidad de regulaciones y leyes sobre cómo desechar fluidos hidráulicos, es importante que las empresas tengan estrategias proactivas para su correcta utilización de manera de reducir costos de reemplazo y desecho. A medida que las prácticas “verdes” se vuelven más importantes para los usuarios finales, el contar con planes proactivos de mantenimiento de la calidad del fluido hidráulico es esencial. El Instituto Nacional de Estándares y Tecnología, NIST por sus siglas en ingles, indicó que en el 2015 la “tecnología y redes sociales permitió que usuarios promovieran o criticaran a empresas por sus prácticas “verdes”, o falta de, de manera muy sencilla”. Estas prácticas atraen a nuevos clientes e incrementan las ventas, mientras que el no tenerlas podría reducirlas.
De acuerdo con ISO 4406, “La contaminación es la causa más relevante de la degradación del aceite”. Es también un indicador comúnmente usado para determinar vida útil del componente. Se sabe que sistemas con un alto nivel de contaminantes, presentan un recorte en vida útil debido a la corrosión, oxidación y desgaste.
La Contaminación y Bombas Hidráulicas
Cuando el agua y partículas llegan al fluido hidráulico, cambian sus propiedades físicas y químicas. Los fluidos hidráulicos están formulados para aplicaciones específicas y cualquier cambio puede causar niveles excesivos de desgaste mecánico y un desempeño muy pobre. Estos cambios conllevan a la falla catastrófica del sistema por el desgaste que generan.
Los contaminantes ingresan en sistemas hidráulicos de varias maneras y vienen en diferentes formas. A continuación les mostramos los más comunes:
Contaminantes de fabricación: estos son los que deja el proceso de manufactura de la unidad. Consiste en polvo, virutas metálicas y fibras textiles. La mayoría de los fabricantes implementan límites de contaminación en su operación, que definen las relaciones área – volumen aceptables. Luego las bombas ya ensambladas generalmente pasan por pruebas de contaminación, son lavadas y selladas antes que la unidad sea despachada.
Contaminantes por ingreso: la contaminación también ocurre después que la unidad ha estado en operación. Polvo, ceniza y hollín entra a la bomba a través de sellos desgastados o pórticos de respiradero sin filtros adecuados. A pesar de que las partículas en el aire parecieran no ser tan críticas, pueden llegar a serlo si se les permite el acceso libre al sistema hidráulico por un tiempo prolongado. Hay muchas partículas flotando en el aire en ambientes industriales con polvo o humo. Al pasar las semanas y meses, estas partículas se van acumulando en el fluido hidráulico.
Los contaminantes también entran a las bombas cuando se les está haciendo servicio en campo. Si una manguera desconectada cae al piso, se llena de polvo y se vuelve a conectar sin ser limpiada, la contaminación que ingresa puede llegar a generar problemas. Adicionalmente, aceite nuevo puede introducir contaminantes si ha sido manejado de manera incorrecta (¡el aceite nuevo está más sucio de lo que piensan!).
Para mantener la contaminación bajo control, los componentes deben ser manejados con mucho cuidado durante el mantenimiento. Considere filtrar aceite nuevo antes de ponerlo en su sistema. Inspeccione mangueras, o-rings y sellos con frecuencia para evitar que se degraden y sus partículas ingresen al sistema.
Contaminación por agua: el agua y la humedad ponen turbio al fluido hidráulico y reaccionan con los aditivos, formando productos secundarios corrosivos. El agua es un lubricante muy pobre , por lo que también reduce la tensión de la película de lubricación, reduciendo la viscosidad y dejando las superficies vulnerables a la corrosión y el desgaste. El agua también genera lodos que tapan filtros, orificios y boquillas, además que genera oxidación a medida que las partículas metálicas se mezclan con ella.
El agua entra a sistemas hidráulicos de muchas formas. Sellos faltantes o desgastados permiten su entrada: exactamente lo que pasa en un cilindro cuando sus sellos se encuentran en mal estado. Si usted vive en un área muy húmeda, el agua entra como condensado a su sistema a través de respiraderos.
Para remover agua de un sistema hidráulico, implemente el uso de respiraderos con gel de sílice y filtros de absorción para que absorban la humedad. También removerán agua del reservorio. Desafortunadamente estos componentes no hacen nada para remover agua mezclada con el aceite; solo remueven agua libre que circula en el sistema. Otra opción es cambiar el aceite, pero esto resulta alto en costos, consume mucho tiempo y genera daños ambientales.
RS – También está la opción de implementar el uso de unidades de deshidratación por vacío como las HYDAC FAM para la remoción de agua libre y en emulsión!
Proteger el Sistema Hidráulico
Una estrategia de control de contaminantes debe ser parte del día a día de su operación, y todos los integrantes de su empresa deben estar debidamente entrenados sobre cómo manejar y mantener los sistemas hidráulicos. Esto incluye:
- Almacenar debidamente los fluidos en un lugar con control de temperatura y humedad
- Inspeccionar las máquinas con frecuencia y efectuar labores de mantenimiento de inmediato si así se requiere
- Proteger los sistemas de la contaminación a través de un filtrado de fluido nuevo antes de ser instalados
- Monitorear la condición del aceite con cierta frecuencia
- Observar las mejores prácticas para mantener el agua y contaminantes fuera del sistema.
Artículo originalmente escrito por Marla Keene, technology writer de AX Control Inc.